Los procesos degenerativos lumbares y cervicales son una problemática cada vez más importante por el aumento de la esperanza de vida y de la exigencia física, sobre todo en edades avanzadas a partir de los 50 años. Esos favorece la degeneración de los discos intervertebrales, dando lugar a cuadros de lumbalgia y cervicalgia con la consiguiente irradiación a miembros superiores e inferiores.
La descompresión es una alternativa que ha mostrado su eficacia evitando un gran número de cirugías de columna. Es una terapia indolora, que se realiza en una mesa computerizada, consiguiendo aumentar el espacio intervertebral, reduciendo la presión intradiscal y favoreciendo las capacidades fisiológicas de recuperación del disco.
Se trata de un procedimiento no invasivo para el dolor causado por hernias discales, protusiones, discos degenerados, síndrome facetario y fracaso de cirugía.
Esta descompresión no quirúrgica de los discos intervertebrales ha demostrado su eficacia a la hora de disminuir el dolor y mejorar los niveles de actividad funcional de los pacientes, reduciendo los tiempos de baja a la tercera parte, suponiendo un 80% de éxito sin cirugía.
Los candidatos al tratamiento son:
- El paciente con clínica y/o evidencia radiológica de hernia, protusión o degeneración discal es el ideal.
- El paciente que presenta un cuadro clínico de dolor en glúteo, pierna y pie como resultado de una disfunción lumbar, o en un hombro, brazo o mano, como resultado de una disfunción cervical espinal.
- El paciente con la clásica afección de la raíz nerviosa: radiculopatía ciática.
- Pacientes con estenosis lateral y central pueden responder al tratamiento si no están presentes en la vértebra alteraciones secundarias severas y si la estenosis no es debida a un canal espinal estructuralmente estrecho.
- Síndrome facetario evidenciado.
- Pacientes con dolor de cuello y espalda que presentan hallazgos de degeneración discal, que han probado otras terapias en numerosas ocasiones, combinadas con programas de ejercicios, pero no han experimentado un alivio del dolor.
- Pacientes en los que la cirugía de columna ha fallado.
La indicación debe de hacerla un especialista en traumatología ya que es preciso realizar antes de iniciar el tratamiento una resonancia magnética en el último año para descartar una serie de procesos que podrían contraindicar la misma.
Es un tratamiento gradual en el que la tensión se programa y controla mediante unos parámetros únicos para cada paciente en función de la zona lesionada a tratar y su talla y peso.
Además, el paciente debe seguir unas pautas diarias como un programa de ejercicios, hidratación mediante la ingesta de agua tras el tratamiento y evitar ciertos malos hábitos que puedan perjudicar o agravar su lesión.